La Unión(España), es un municipio
español, de la Región de Murcia. Pertenece a la comarca del Campo de Cartagena y
al partido jurídico de Cartagena.
Organización territorial
El término municipal, además de
la propia ciudad de La Unión, cuenta con dos pedanías: Roche y Portmán.
Historia
La historia del territorio de La
Unión está indisolublemente ligada a la historia del desarrollo de la minería
de la sierra litoral de Cartagena-La Unión.
El asentamiento más antiguo del municipio se encuentra en la pedanía de Portmán, topónimo cuyo origen está, no de un supuesto catalán o catalanizado Port Many, sino de una forma romance Port Mágn o Port Mán, previa a la presencia catalana y estancado en su evolución fonética por haber sido transmitida por el árabe durante la ocupación musulmana (está atestiguada la forma Burtuman al-Kabir, 'Burtumán el Grande'), teniendo como étimo remoto el latín dialectal Portu Magnu y este a su vez la forma gramática clásica Portus Magnus, resultado en el cual influyó finalmente la fonética local del dialecto murciano que pronuncia la voz como Pormán o Polmán.
En toda la sierra minera abundan
yacimientos arqueológicos que atestiguan la explotación de las minas desde tiempos
inmemoriales. Por el puerto de Portmán, de las minas romanas de Carthago Nova, se exportaban lingotes de plata, plomo, hierro, cinc, y otros minerales a todo
el Imperio. En 1243, el rey Alfonso X “El Sabio”, integra este territorio en la
Corona de Castilla en virtud del Tratado de Alcaraz.
Debido al rápido y pingüe desarrollo de la minería durante el siglo XIX, las corporaciones pedaneas de Garbanzal, Herrerías y Portmán decidieron secesionarse de Cartagena a fin de fusionarse en municipio y Ayuntamiento propios con el nombre de Villa de El Garbanzal (1 de enero de 1860).
Portmán seguiría sirviendo
entonces como puerto minero. Sin embargo, pronto las desavenencias entre los
pobladores de los principales caseríos (Garbanzal y Herrerías) condujeron al
cambio de nombre del joven municipio, que pasaría a llamarse “La Unión” a
partir de 1868. En 1894, la villa recibiría el título de ciudad. Una
considerable inmigración de andaluces almerienses, jienenses y granadinos,
venidos a trabajar en las minas de la localidad, contribuyó al especial
carácter etno-cultural de la ciudad, ciertamente afín al de la Andalucía
oriental (en especial, en lo relativo al cante de las minas - cante jondo).
El trabajo en las minas no dejaba
de ser una actividad peligrosa. Los trabajadores carecían de garantías
laborales, sus horarios eran disparatados y en unas condiciones lamentables de
semiesclavitud, expuestos a enfermedades irreversibles que les perseguirían
toda su vida, y con unos salarios que no recompensaban todo el esfuerzo que
realizaban los mineros, que bajaban cada día a los túneles arriesgando sus
vidas (la minería tiene la mayor tasa de lesiones mortales entre todas las
industrias). La presencia de heridos, víctimas de las labores
mineras, era cotidiana, llegando a crearse un espacio exclusivo para ellos, el
Hospital de Caridad de Portmán.
Además, la mayoría de la fortuna generada por el
mundo minero marchó fuera de las fronteras unionenses. Con la plata de sus
minas se construyó, por ejemplo, el Palacio de Aguirre o la casa señorial de la
calle Jabonerías de Cartagena (hoy parroquia de San Antonio). A partir de 1919 se iban agotando los
yacimientos y los minerales eran cada vez más pobres en plomo y plata. Tras la Primera
Guerra Mundial disminuye considerablemente la demanda de mineral de plomo
(hasta entonces utilizado en la fabricación de proyectiles, entre otros usos),
causando esto una severa decadencia con el correspondiente éxodo (al parecer,
la ciudad había llegado al alcanzar la cima de los 90.000 habitantes de
facto hacia finales del XIX).
Y si penoso resultaba para los
adultos, para los niños (“los gavias”) todavía fue peor. A ellos les tocaba
acarrear minerales “a costilla”, muchas veces dentro de la mina. Otros, los que
no trabajaban en la mina, llevaban la comida a los padres.
Para las mujeres la jornada
comenzaba incluso antes, preparando la comida que el minero se llevaba. Las
condiciones difíciles en las que tenía que encargarse de la casa y los niños
(sin electricidad, agua potable, alcantarillado) convertían su trabajo en una
odisea. Entre sus tareas figuraban ir a por agua potable a las fuentes, llevar
la ropa para lavarla o hacer la compra en las tiendas de los patronos, donde se
“obligaba a comprar” mediante los vales de la empresa. Era frecuente que
enviudaran jóvenes, pues la silicosis, los desprendimientos o una explosión
inesperada eran riesgo muy habituales para sus maridos.
Otro problema al que se
enfrentaron, debido a las condiciones de hacinamiento y falta de condiciones
higiénicas, fue la aparición de epidemias. En concreto, dos de ellas diezmaron
la población en la época de mayor esplendor de la minería: la primera de
cólera, en 1885; la segunda de tifus, en 1906.
Ignorancia, incuria y lucro
permitieron a partir de entonces el derribo de una interesante arquitectura
decimonónica, de la que aún quedan ciertas muestras como el antiguo Mercado y
las casas Plazas, Piñón, antiguo Telégrafos y otras varias en las calles Mayor
y Real. En 1940, el Ayuntamiento y sus archivos fueron pasto de un fatal incendio,
lo que hasta hoy dificulta el estudio histórico de esta interesante población,
ejemplo de una colonización que, tardía en la misma península, era
contemporánea a la que se llevaba a cabo en regiones mineras de las Américas. Queda
pendiente un estudio de este curioso paralelismo.
La mejora económica y minera
llegó más tarde, a partir de los años de la década de 1950, con la
modernización de los métodos de explotación minera, reutilizando zonas explotadas
y abandonadas en épocas anteriores, aprovechando los materiales de desecho
abandonados por sus antiguos pobladores. En estos años la compañía
multinacional Peñarroya emprendió entre 1957 y 1988 un monopolio de explotación
en la Sierra Minera de La Unión. En el año 1988, con una situación ya de claro
retroceso, el monopolio cambia de manos, esta vez a las de una compañía comarcal,
Portmán Golf, que pretendió conjugar una minería marginal con el
aprovechamiento turístico del entorno de Portmán. En 1991, después de dos
milenios de explotaciones, se procede al cierre definitivo de las minas. El
agotamiento de los criaderos y explotaciones no hacía posible ni rentable la
perduración del negocio.
Minas
La economía de La Unión se basó
durante mucho tiempo en la explotación de las minas de su sierra. Tras larga
decadencia, nuevas iniciativas y procedimientos de explotación (relavado de
viejos detritos y roza abierta) animaron la minería hacia los años 60. Por
entonces llegan los primeros inmigrantes marroquíes a participar en el laboreo.
Cultura
El dialecto local es afín a las
modalidades del andaluz oriental, con algunos escasos catalanismos vestigio de
la ocupación aragonesa del Reino de Murcia, cual atestiguan los topónimos
Calblanque (Cap Blanc), Calnegre (Cap Negre), Carmolí (Cap
del Molí) y El Gorguel. La emigración de mineros andaluces del entre
siglo XIX-XX acentuaría aún más el carácter de enclave andaluz de la zona.
A partir de su institución en
1960, ha alcanzado gran celebridad el Festival Internacional del Cante de las
Minas, donde cada año cobran nueva vida los cantes de la región (i.e., taranta,
minera, cartagenera, murciana, etc.) junto a los demás subgéneros o “palos” del
flamenco jondo.
_ Minas: A mediados de
2010 se ha recuperado para el público una de sus minas, Agrupa Vicenta, con el objetivo
de recrear las condiciones y la actividad que se ejercía en estos espacios, y
más concretamente en ésta
_ Cultura: En el citado
Festival Internacional del Cante de las Minas, en pugna de sus galardones cada año
cobran vida nuevos cantantes, guitarristas y bailaores procedentes de todo el
territorio español. Al mismo tiempo, en cada edición concurren artistas ya consagrados,
como han sido Paco de Lucía, Diego “El Cigala” o Enrique Morente y --anterior
ganador de la competición-- Miguel Poveda.
En un paseo por una instalación minera abandonada de La Unión.
"Complejo del Cabezo rajado"
Si cierras los ojos y haces un poco de retrospectiva, hasta puedes visualizar la actividad de la mina...
Visita al Museo Minero
Edificio "La casa Piñón"
La sede que acoge este museo, y
emplazamiento del Ayuntamiento, es uno de los edificios singulares de La Unión,
de corte modernista.
Su construcción comenzó en 1899 y
finalizó en 1905 siendo dirigida por el arquitecto Pedro Cerdán. Hay quien
asegura que en los planes de la cúpula colaboró el famoso arquitecto Eiffel.
Su nombre procede de Joaquín
Peñalver Nieto, un rico patrono minero apodado “El Piñón” por su corta estatura,
que la mandó edificar como viviendas de alquiler para las familias de mayor
poder adquisitivo.
Para reforzar los cimientos del
solar, que no tenían la consistencia adecuada. “El Piñón” hizo traer varias
toneladas de mineral de plomo de sus minas.
También proyectó, aunque no se
llevó a cabo, culminar la obra con una “piña” de oro en la cúpula, en alegoría
a su apodo.
El edificio consta de tres
plantas. Tiene forma de “L” con la esquina achaflanada, en la que se encuentran
dos miradores. Es de ladrillo, piedra y piedra artificial, y en él se
entrelazan aspectos egipcios, neomudéjares y neoclásicos.
Fue declarado en 1981 Monumento
Histórico Artístico y en 1987 Bien de Interés Cultural por la Dirección General
de Bellas Artes.
Monumento al minero y plaza del Mercado Público.
(Arquitectura ecléctico-modernista de Víctor Beltrí).
Parte del texto está sacado de Wikipedia
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