lunes, 27 de julio de 2015

La Unión (Murcia)...

LA UNIÓN...

La Unión(España), es un municipio español, de la Región de Murcia. Pertenece a la comarca del Campo de Cartagena y al partido jurídico de Cartagena.

Organización territorial
El término municipal, además de la propia ciudad de La Unión, cuenta con dos pedanías: Roche y Portmán.

Historia
La historia del territorio de La Unión está indisolublemente ligada a la historia del desarrollo de la minería de la sierra litoral de Cartagena-La Unión.

El asentamiento más antiguo del municipio se encuentra en la pedanía de Portmán, topónimo cuyo origen está, no de un supuesto catalán o catalanizado Port Many, sino de una forma romance Port Mágn o Port Mán, previa a la presencia catalana y estancado en su evolución fonética por haber sido transmitida por el árabe durante la ocupación musulmana (está atestiguada la forma Burtuman al-Kabir, 'Burtumán el Grande'), teniendo como étimo remoto el latín dialectal Portu Magnu y este a su vez la forma gramática clásica Portus Magnus, resultado en el cual influyó finalmente la fonética local del dialecto murciano que pronuncia la voz como Pormán o Polmán.

En toda la sierra minera abundan yacimientos arqueológicos que atestiguan la explotación de las minas desde tiempos inmemoriales. Por el puerto de Portmán, de las minas romanas de Carthago Nova, se exportaban lingotes de plata, plomo, hierro, cinc, y otros minerales a todo el Imperio. En 1243, el rey Alfonso X “El Sabio”, integra este territorio en la Corona de Castilla en virtud del Tratado de Alcaraz.

Debido al rápido y pingüe desarrollo de la minería durante el siglo XIX, las corporaciones pedaneas de Garbanzal, Herrerías y Portmán decidieron secesionarse de Cartagena a fin de fusionarse en municipio y Ayuntamiento propios con el nombre de Villa de El Garbanzal (1 de enero de 1860).
Portmán seguiría sirviendo entonces como puerto minero. Sin embargo, pronto las desavenencias entre los pobladores de los principales caseríos (Garbanzal y Herrerías) condujeron al cambio de nombre del joven municipio, que pasaría a llamarse “La Unión” a partir de 1868. En 1894, la villa recibiría el título de ciudad. Una considerable inmigración de andaluces almerienses, jienenses y granadinos, venidos a trabajar en las minas de la localidad, contribuyó al especial carácter etno-cultural de la ciudad, ciertamente afín al de la Andalucía oriental (en especial, en lo relativo al cante de las minas - cante jondo).

El trabajo en las minas no dejaba de ser una actividad peligrosa. Los trabajadores carecían de garantías laborales, sus horarios eran disparatados y en unas condiciones lamentables de semiesclavitud, expuestos a enfermedades irreversibles que les perseguirían toda su vida, y con unos salarios que no recompensaban todo el esfuerzo que realizaban los mineros, que bajaban cada día a los túneles arriesgando sus vidas (la minería tiene la mayor tasa de lesiones mortales entre todas las industrias). La presencia de heridos, víctimas de las labores mineras, era cotidiana, llegando a crearse un espacio exclusivo para ellos, el Hospital de Caridad de Portmán.


Y si penoso resultaba para los adultos, para los niños (“los gavias”) todavía fue peor. A ellos les tocaba acarrear minerales “a costilla”, muchas veces dentro de la mina. Otros, los que no trabajaban en la mina, llevaban la comida a los padres.
Para las mujeres la jornada comenzaba incluso antes, preparando la comida que el minero se llevaba. Las condiciones difíciles en las que tenía que encargarse de la casa y los niños (sin electricidad, agua potable, alcantarillado) convertían su trabajo en una odisea. Entre sus tareas figuraban ir a por agua potable a las fuentes, llevar la ropa para lavarla o hacer la compra en las tiendas de los patronos, donde se “obligaba a comprar” mediante los vales de la empresa. Era frecuente que enviudaran jóvenes, pues la silicosis, los desprendimientos o una explosión inesperada eran riesgo muy habituales para sus maridos.

Otro problema al que se enfrentaron, debido a las condiciones de hacinamiento y falta de condiciones higiénicas, fue la aparición de epidemias. En concreto, dos de ellas diezmaron la población en la época de mayor esplendor de la minería: la primera de cólera, en 1885; la segunda de tifus, en 1906.

Además, la mayoría de la fortuna generada por el mundo minero marchó fuera de las fronteras unionenses. Con la plata de sus minas se construyó, por ejemplo, el Palacio de Aguirre o la casa señorial de la calle Jabonerías de Cartagena (hoy parroquia de San Antonio).  A partir de 1919 se iban agotando los yacimientos y los minerales eran cada vez más pobres en plomo y plata. Tras la Primera Guerra Mundial disminuye considerablemente la demanda de mineral de plomo (hasta entonces utilizado en la fabricación de proyectiles, entre otros usos), causando esto una severa decadencia con el correspondiente éxodo (al parecer, la ciudad había llegado al alcanzar la cima de los 90.000 habitantes de facto hacia finales del XIX).

Ignorancia, incuria y lucro permitieron a partir de entonces el derribo de una interesante arquitectura decimonónica, de la que aún quedan ciertas muestras como el antiguo Mercado y las casas Plazas, Piñón, antiguo Telégrafos y otras varias en las calles Mayor y Real. En 1940, el Ayuntamiento y sus archivos fueron pasto de un fatal incendio, lo que hasta hoy dificulta el estudio histórico de esta interesante población, ejemplo de una colonización que, tardía en la misma península, era contemporánea a la que se llevaba a cabo en regiones mineras de las Américas. Queda pendiente un estudio de este curioso paralelismo.

La mejora económica y minera llegó más tarde, a partir de los años de la década de 1950, con la modernización de los métodos de explotación minera, reutilizando zonas explotadas y abandonadas en épocas anteriores, aprovechando los materiales de desecho abandonados por sus antiguos pobladores. En estos años la compañía multinacional Peñarroya emprendió entre 1957 y 1988 un monopolio de explotación en la Sierra Minera de La Unión. En el año 1988, con una situación ya de claro retroceso, el monopolio cambia de manos, esta vez a las de una compañía comarcal, Portmán Golf, que pretendió conjugar una minería marginal con el aprovechamiento turístico del entorno de Portmán. En 1991, después de dos milenios de explotaciones, se procede al cierre definitivo de las minas. El agotamiento de los criaderos y explotaciones no hacía posible ni rentable la perduración del negocio.

Minas
La economía de La Unión se basó durante mucho tiempo en la explotación de las minas de su sierra. Tras larga decadencia, nuevas iniciativas y procedimientos de explotación (relavado de viejos detritos y roza abierta) animaron la minería hacia los años 60. Por entonces llegan los primeros inmigrantes marroquíes a participar en el laboreo.

Cultura
El dialecto local es afín a las modalidades del andaluz oriental, con algunos escasos catalanismos vestigio de la ocupación aragonesa del Reino de Murcia, cual atestiguan los topónimos Calblanque (Cap Blanc), Calnegre (Cap Negre), Carmolí (Cap del Molí) y El Gorguel. La emigración de mineros andaluces del entre siglo XIX-XX acentuaría aún más el carácter de enclave andaluz de la zona.
A partir de su institución en 1960, ha alcanzado gran celebridad el Festival Internacional del Cante de las Minas, donde cada año cobran nueva vida los cantes de la región (i.e., taranta, minera, cartagenera, murciana, etc.) junto a los demás subgéneros o “palos” del flamenco jondo.

_ Minas: A mediados de 2010 se ha recuperado para el público una de sus minas, Agrupa Vicenta, con el objetivo de recrear las condiciones y la actividad que se ejercía en estos espacios, y más concretamente en ésta
_ Cultura: En el citado Festival Internacional del Cante de las Minas, en pugna de sus galardones cada año cobran vida nuevos cantantes, guitarristas y bailaores procedentes de todo el territorio español. Al mismo tiempo, en cada edición concurren artistas ya consagrados, como han sido Paco de Lucía, Diego “El Cigala” o Enrique Morente y --anterior ganador de la competición-- Miguel Poveda.




En un paseo por una instalación minera abandonada de La Unión.
"Complejo del Cabezo rajado"
Si cierras los ojos y haces un poco de retrospectiva, hasta puedes visualizar la actividad de la mina...











Visita al Museo Minero












Edificio "La casa Piñón"

La sede que acoge este museo, y emplazamiento del Ayuntamiento, es uno de los edificios singulares de La Unión, de corte modernista.
Su construcción comenzó en 1899 y finalizó en 1905 siendo dirigida por el arquitecto Pedro Cerdán. Hay quien asegura que en los planes de la cúpula colaboró el famoso arquitecto Eiffel.
Su nombre procede de Joaquín Peñalver Nieto, un rico patrono minero apodado “El Piñón” por su corta estatura, que la mandó edificar como viviendas de alquiler para las familias de mayor poder adquisitivo.
Para reforzar los cimientos del solar, que no tenían la consistencia adecuada. “El Piñón” hizo traer varias toneladas de mineral de plomo de sus minas.
También proyectó, aunque no se llevó a cabo, culminar la obra con una “piña” de oro en la cúpula, en alegoría a su apodo.
El edificio consta de tres plantas. Tiene forma de “L” con la esquina achaflanada, en la que se encuentran dos miradores. Es de ladrillo, piedra y piedra artificial, y en él se entrelazan aspectos egipcios, neomudéjares y neoclásicos.
Fue declarado en 1981 Monumento Histórico Artístico y en 1987 Bien de Interés Cultural por la Dirección General de Bellas Artes.


Monumento al minero y plaza del Mercado Público.
(Arquitectura ecléctico-modernista de Víctor Beltrí).



Parte del texto está sacado de Wikipedia

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