miércoles, 21 de diciembre de 2011

La niebla...


“Quiero ser yo, ser yo, ¡quiero vivir!- y le lloraba la voz.
“Salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme.”

                                                                                              Miguel de Unamuno, Niebla.
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NIEBLA acristalada, niebla rocosa, dura, irrompible, impenetrable…
¿Qué hay detrás de tu tejido borroso?

No lo veo, no lo intuyo, permanezco perdido, embalsamado a la ESPERA, anclado a la soledad, lleno de este vacío que inunda mi Ser, condenado a sufrir esa crisis del espíritu que no se mueve, que no saborea, que no vive. Es el anhelo de cruzar el que mantiene mi esperanza, el asomarme a esa ventana, mirar, y encontrar.

Si mi rebeldía pisotea esa espera que me ha convencido para no vivir, cruzaré al otro lado y seré yo, o estarás tú, Vida.

Sonrío, te intuyo en los colores de la luz, me acerco cauteloso, comienzo a saborear, a sentir, a vivir.

Y me doy cuenta ahora, que la barrera detrás de la que me escondía era mentira, la niebla es tan sólo un cristal pintado por gotas de agua transparente. Al atreverme a cruzar esa cascada de miedo, aparecí al otro lado limpio, mojado del placer que produce dar un paso hacia delante, del placer que produce verte, Vida, en todos tus colores.

Voy en tu busca, Vida, sin esperarte.

Texto: Raquel Rodríguez León.
Muchas gracias